Hierro, madera, hueso…materiales que revelan la
historia de un lugar, la historia de una época, la historia de la vida rural en
la Gran Canaria del siglo XX.
Es habitual reconstruir la Historia a través de las
fuentes escritas y orales, pero en ocasiones, unos simples objetos pueden ser
testigos de un pasado al que nos acerca, proporcionándonos una información crucial
para su conocimiento y reconstrucción.
En Gran Canaria, la vida en el entorno rural era
dura y exigía de una labor constante y entregada. La tierra se encontraba
fraccionada en pequeñas parcelas, salvo las grandes extensiones que poseía la
Iglesia. Los campesinos y labradores que trabajaban en el campo contaban con aperos
de labranza, como los que exponemos a continuación.
Hoz: instrumento
curvo y cortante que sirve para segar el trigo, la cebada, el centeno y la hierba:
Estaca o cuña
para agujerear la tierra:
Hacha: esta herramienta
cortante, compuesta por una gruesa hoja de acero, se emplea para cortar la leña
y talar árboles.
Rozadera: es una
especie de hoz sin dientes, que sirve para segar las zarzas
y otros arbustos espinosos.
Sacho: instrumento de hierro pequeño y manejable que sirve para escardar la tierra sembrada.
Estos aperos son empleados en Gran Canaria, donde
destaca el cultivo del millo y de la papa, aunque también se da el cultivo de
legumbres, árboles frutales y plantas textiles como el algodón (Tinoca).
Para el cultivo del millo, antes de proceder a la
plantación, la tierra se ara y ocho días después se le da otra arada cruzada
con la primera. Una vez hecho esto, se riega la tierra para que adquiera la
suficiente humedad y así germine el grano. Doce días después se estercola el
terreno con la ayuda de los animales, y se ara de nuevo para proceder a la
surca y plantación del millo. El millo se planta al palillo, una labor
realizada mayoritariamente por las mujeres: con una muletilla abren el hoyo y
echan los granos de millo.
Durante el mes de junio se procede a la recolección
y seguidamente se despiña, reservándose una parte para el ganado. Tras secar las
hojas que cubren las piñas al sol durante algunos días, se desgrana en máquinas
o bien a mano, una labor realizada sobre todo por mujeres.
Mujeres desgranando piñas (FEDAC) |
Recogida la primera cosecha, desde mediados de junio
hasta agosto se procede a la segunda cosecha, pues antes o después de estas dos
épocas la cosecha no fructifica o lo hace mal.
En
cuanto al cultivo de papas, la primera cosecha (llamadas de invierno o de la
tierra) se planta a finales de verano o principios de otoño y se recoge a los
cuatro meses. La segunda cosecha se planta en enero o febrero y se recoge a los
tres meses.
![]() |
Venta de papas en Las Palmas de G.C (FEDAC) |
Debido a la escasez de lluvias, los campesinos
tienen que servirse del agua de aljibes y cisternas para todos los usos de la
vida. Depositan el agua en los porrones, a fin de que se conserve fresca y fría
para el consumo.
Los gánigos tenían un gran valor funcional, pues
eran empleados diariamente para la cocción de alimentos o para calentar la
leche.
El alimento de los campesinos era el gofio, una harina
de millo, trigo o cebada tostada. El gofio se recogía con las denominadas
“palas de gofio”. El gofio no solo sirve para sustentar a la población
campesina, ya que el grano también se emplea para dar de comer a los animales.
Las espigas, cogollos y hojas son un excelente pasto para el ganado, aunque
también se emplea para alimentar el fuego en las casas de los labradores.
El menor desarrollo de las zonas rurales frente a
las urbanas, explica que todavía existan ciertos elementos que, aunque todavía
perviven en la capital, cada son menos comunes. Es el caso de los orinales, unos
recipientes de loza o barro que servían para orinar en ellos.
En Gran Canaria existe el ganado vacuno, ovejuno, caprino y porcino.
En nuestra isla abundan las reses vacunas, más que en las otras islas
orientales, a causa de la mayor extensión de los regadíos. En la isla se
cultiva el millo, con cuya espiga, cogollos y hojas se alimentan en verano y
parte del otoño al ganado vacuno. En primavera y finales de invierno se las
mantiene con yerba, cuando la hay. Durante el resto del año se les da pasto de
hojas secas y palotes picados de millo, y las camisas u hojas que cubren las
piñas.
La leche de vaca se vende diariamente en los altos
de Guía, Gáldar, Agaete, Artenara y San Nicolás, aunque también se hace manteca
con la que se provee el consumo de la isla. La leche de Sandra, originaria de
la isla, se creó en la década de los cuarenta, y su consumo se remonta hasta la
actualidad.
En cuanto al ganado ovejuno, algunas cabezas se
crían en establos y la mayor parte en pequeños hatos de 30 a 50 ovejas. Las
cabras, que generalmente son ordeñadas por las mujeres, dan exquisitos quesos
en las zonas centrales, siendo los mejores los de fines de marzo y los de
abril. La lana de las ovejas de Gran Canaria es churra o basta y por lo común
se emplea sólo en los colchones y en sombreros o tejidos bastos.