El Barranco del Draguillo constituye una frontera
natural entre los municipios de Telde e Ingenio. El cauce del barranco,
profundo y estrecho, tiene un recorrido de unos 10 kilómetros, discurriendo de
este a oeste, y desembocando en la playa de Ojos de Garza.
Barranco del Draguillo |
Su curso se localiza en el sector norte de la Rampa
del Este de Gran Canaria, que se haya integrado por los barrancos de Las Vacas,
Guayadeque, La Sierra, El Tabuco y El Draguillo. Cabe destacar la proximidad al
campo volcánico de Lomo Magullo o Rosiana, como también se conoce.
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Cauce del barranco |
El barranco separa los dos ambientes climáticos de
la isla, lo que determina la presencia de especies vegetales propias de uno y
otro ámbito, lo que contribuye a potenciar la biodiversidad del paisaje
vegetal.
El Barranco del Draguillo secciona por el norte la
rampa del Este de Gran Canaria, formada por materiales volcánicos de naturaleza
básica (basaltos). Durante las fases eruptivas del Ciclo Post Roque Nublo y el
Ciclo Reciente, se emitieron fluidos lávicos que culminaron su trayectoria en
el litoral de Gando.
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Pared del barranco |
El Barranco del Draguillo se circunscribe a la edad
geológica reciente. Pertenecientes a este ciclo, se detectan una serie de conos
volcánicos o edificios de tefra que conforman un conjunto volcánico de
alineación noroeste-sureste. Entre ellos cabe señalar El Gamonal, Montaña
Talayuela, Montaña del Águila, Topino, Cuatro Puertas, Malfú, La Caldereta de
Ingenio, y otros de toponimia indefinida.
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Vista desde la montaña de Topino |
La presencia de agua, los suelos aptos para la
agricultura, la vegetación para alimentar al ganado y las numerosas cuevas de
habitación y enterramiento, proporcionaron el hábitat idóneo para el
asentamiento de los grupos aborígenes de Gran Canaria.
Las cuevas constituyeron el tipo de vivienda más
habitual, ya que garantizaba la defensa colectiva del grupo al estar situadas
en lugares poco accesibles y muy estratégicos. Las cuevas se encuentran
agrupadas, formando pequeños núcleos de población en la parte más elevada de
algún cantil. Destacan dos poblados: el Barranco del Castil y La Audiencia. Las
cuevas destinadas al enterramiento se localizan en lugares recónditos e
inaccesibles, alejadas de los poblados.
Cuevas |
El paisaje vegetal de El Barranco del Draguillo es
consecuencia de las características climáticas de la isla y de las propiedades
edáficas del sustrato en el que se asienta la masa vegetal.
Existe una gran variedad florística, aunque algunas
especies son comunes en todo el curso: el incienso moruno (Artemisa canariensis), el mato risco (Lavandula canariensis), la vinagrera (Rumex lunaria) y el tajinaste blanco (Echium decaisnei).
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Tajinaste blanco |
Curso abajo, encontramos otras especies vegetales,
como los acebuches y las palmeras (Phoenix
canariensis), que conforman un bosquete de ambiente climático termófilo. También
algunos pinos (Pinus canariensis) y
dragos (Dracaena draco). En el curso
medio del barranco, se localizan malvas (Lavatera
acerifolia), col de risco, giraldas (Kickxia
scoparia), balos (Plocama pendula)
y algún ejemplar de dama (Parolinia
ornata).
El Barranco del Draguillo es un espacio idóneo para
el desarrollo de diversas especies faunísticas, ya que aquí encuentran el
hábitat natural y el refugio adecuado. Cabe destacar la variada presencia de
aves, como el cernícalo (Falco tinniculus),
el cuervo (Corvus corax), el
aguililla (Buteo buteo insularum), el
búho chico (Asio otus canariensis),
el canario (Serinus canaria), el
mirlo (Turdus merula cabrerae), etc. Entre
los reptiles destacan los lagartos (Gallotia
simonyi stehlini), las lisas (Chalcides
sexlineatus) y los perenquenes (Tarentola
delandii boettgeri).
Lagarto de Gran Canaria |
En el Barranco del Draguillo se han desarrollado
actividades económicas primarias. Tanto el cauce como la zona próxima al mismo
han estado sometidos al pastoreo. Cuando el agua comenzó a escasear se recurrió
a su búsqueda en el subsuelo, lo que explica la presencia de numerosos pozos y
galerías. Junto a los pozos se construyeron bancales para el cultivo de
hortalizas y frutales, aunque en la actualidad se encuentran abandonados.
Valoración
El Barranco del Draguillo conforma un paisaje de
gran belleza natural y cultural. Esta zona posee una serie de valores
ambientales, naturales, históricos y culturales que merecen ser elevados a la
categoría de Bien de Interés Cultural (BIC). Para sustentar esta propuesta
destacaremos los componentes de la zona, sometiéndolos a un análisis riguroso
con el objetivo de destacar su importancia patrimonial.
Se destaca la singularidad de los materiales
geológicos, cuya antigüedad se remonta al Plioceno (2.8 ma), época en la que se
inician las emisiones volcánicas del ciclo Post Roque Nublo en la zona de El
Barranco del Draguillo.
Los últimos episodios volcánicos en Gran Canaria se
registran en el Ciclo Reciente, cuyo inicio comenzaría con el final del Ciclo
Post Roque Nublo y se prolongaría hasta el siglo XI a.C. Es en este periodo
cuando tiene lugar la configuración actual de la isla y el surgimiento de La
Isleta.
Por tanto, se ha de valorar la singularidad de los
materiales geológicos, no sólo por su clara impronta en el paisaje que lo
rodea, sino por su importancia en la configuración de la isla, especialmente de
la zona norte y centro de la misma.
El Barranco del Draguillo constituye un ecosistema
natural que engloba en su interior abundantes endemismos canarios y
macaronesicos. El paisaje vegetal es consecuencia de las características
climáticas y de las propiedades del suelo de la zona. Su valor radica en su
diversidad y riqueza y en la importancia que la misma tiene en la supervivencia
de la fauna del lugar.
La fauna es muy rica debido a la diversidad de
especies, tanto autóctonas como foráneas, que basan su desarrollo y
supervivencia en el ecosistema que los rodea. El Barranco del Draguillo se alza
como un enclave natural: las aves anidan en las grietas o fisuras de los escarpes
y realizan sus paradas migratorias en este entorno.
Además, en la zona existen ciertas especies
vulnerables, como el cuervo (Corvus corax
tingitanus) o el aguililla (Buteo
buteo insularum); y otras que poseen un interés especial, tales como el
vencejo (Apus unicolor), el
mosquitero común (Phylloscopus collybita
canariensis), el herrerillo común (parus caeruleus) o la curruca tomillera
(Sylvia conspicillata orbitalis).
Etnografía
En la actualidad persisten algunos pozos, pocetas y
galerías, aunque en muy mal estado de conservación. Como consecuencia de la
progresiva modernización de la economía agrícola y ganadera se ha producido un
abandono, deterioro e incluso destrucción de estos medios de producción
hidráulicos. Ello conlleva la pérdida de un patrimonio etnográfico, testigo de
la explotación humana en la zona con el objetivo de abastecerse de agua.
De acuerdo con lo establecido en el artículo 73 de
la Ley 4/1999 del 15 de marzo de Patrimonio Histórico de Canarias, se alega
que: “El
patrimonio etnográfico de Canarias está compuesto por todos los bienes muebles
e inmuebles, los conocimientos, técnicas y actividades y sus formas de
expresión y transmisión, que son testimonio y expresión relevante de la cultura
tradicional del pueblo canario”.
Entre los elementos que integran el patrimonio
etnográfico se encuentran aquellos “Utensilios, objetos y herramientas
que forman o han formado parte de la producción tradicional ligada a la
artesanía, agricultura, ganadería y pastoreo, pesca, caza, y el transporte,
acarreo y comercio”.
Arqueología
Encontramos diversos enclaves en cueva, tanto
naturales como artificiales y utilizados por los antiguos canarios como lugar
de habitación, enterramiento y almacenamiento. Entre los yacimientos que
merecen una declaración patrimonial se encuentran los siguientes:
- Cuevas del Draguillo: conjunto de cuevas con finalidades muy diversas: habitación, funerarias, almacenamientos, etc. Destacan las manifestaciones rupestres, un antropomorfo y un geométrico.
- Cañada Morisca: conjunto de cuevas artificiales y naturales, donde se ha descubierto restos líticos y óseos, así como grabados rupestres.
- Cuevas de Juan Tello: conjunto de cuevas artificiales empleadas como hábitat, lugar de enterramiento y granero. Se han hallado restos óseos, instrumentos líticos y cerámica de los antiguos canarios.
- Cuevas de La Audiencia: conjunto de cuevas naturales y artificiales, destinadas al almacenamiento del grano (silo) y al enterramiento. Se ha descubierto industria lítica y cerámica aborigen.
- Cuevas del Puntón de los Guirres: conjunto de cuevas naturales de enterramiento, donde se han encontrado instrumentos líticos y restos humanos.
Todas estas zonas descritas deben ser elevadas a la
categoría de Bien de Interés Cultural, según lo establece el artículo 62 de la
Ley 4/1999 del 15 de marzo de Patrimonio Histórico de Canarias:
- Con la categoría de Zona Arqueológica: “Todos los sitios, lugares, cuevas, abrigos o soportes que contengan manifestaciones rupestres, los cuales deberán delimitarse con arreglo a lo dispuesto en el artículo 26 de esta Ley”.
- Con la categoría de Bien Mueble: “Todas las momias, fardos y mortajas funerarias pertenecientes a las poblaciones prehispánicas de las islas Canarias, cualesquiera que sean su actual ubicación y estado de conservación; así como todas las colecciones de cerámicas, incluidos ídolos y pintaderas, existentes en Canarias, y los utensilios líticos, objetos de piel y madera o hueso, malacológicos, los pecios y aquellos otros fabricados en materia vegetal”.
En consecuencia, se propone una zona de protección
para el conjunto global del medio natural del Barranco del Draguillo y para
aquellos sectores de la zona que presentan un especial interés cultural,
científico o histórico.
El objetivo de esta delimitación no radica en la
mera declaración como Bien de Interés Cultural (BIC). Se pretende generar una
documentación detallada y exhaustiva de los bienes, originando la investigación
de los mismos. Además, se ha de promover su conocimiento y valoración por parte
de los ciudadanos, a través de la educación y difusión, para así hacer estos
bienes accesibles, tanto física como intelectualmente.
Por otra parte, se hace necesaria una rápida
actuación sobre el medio natural del Barranco del Draguillo, ya que la zona se
encuentra en un estado de conservación malo. Tanto el patrimonio etnográfico
como el arqueológico se encuentra amenazado, tal y como lo demuestra el
abandono de las obras hidráulicas, y el mal uso de las cuevas por parte de los
cazadores del lugar.
De esta forma, se propone una zona de protección
para su declaración como Bien de Interés Cultural (BIC) en las siguientes
categorías:
- Sitio Histórico: es el lugar o paraje natural vinculado a acontecimientos o recuerdos del pasado, a tradiciones populares, creaciones culturales o de la naturaleza y a obras del hombre que posean valor histórico, etnológico, paleontológico o antropológico.
- Zona arqueológica: lugar o paraje natural susceptible de ser estudiado con metodología arqueológica.
- Sitio etnográfico: lugar que contiene bienes muebles o inmuebles representativos de los valores propios de la cultura tradicional o popular.
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Zona de delimitación del Bien de Interés Cultural (BIC) |
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