sábado, 14 de diciembre de 2013

Cenobio de Valerón



El Cenobio de Valerón es un yacimiento arqueológico, declarado Bien de Interés Cultural (BIC), y ubicado en el municipio de Guía, en la “Cuesta de Silva”. 

Camino que lleva al Cenobio de Valerón


Se trata de un granero colectivo prehispánico, labrado en toba amarilla y situada bajo un arco de basalto de 30 metros de ancho por 25 metros de alto. Posee 298 cuevas distribuidas en varios niveles o pisos, que cuentan con peldaños y caminos de acceso. También se observan ranuras para la colocación de puertas, múltiples agujeros para fines domésticos y alacenas.

Imagen del granero colectivo


Una de las primeras noticias que se tienen sobre la existencia del Cenobio de Valerón o de las Harimaguadas, se remonta a 1885: 

“Nuestro camino discurría por la costa, casi en la misma playa, con la carretera más arriba. Una roca curiosa penetra en el mar como si fuese un arrecife y el oleaje ruge con un sonido atronador. Algunas chozas cerca del mar, hechas de piedra y techadas con barro, podrían ser viviendas de antiguos canarios, ya que son muy parecidas. Hay una gran cantidad de cochinilla por todas partes; no será una pérdida para la belleza del paisaje cuando este feo cactus deje de cultivarse. Nos sorprendió ver en una choza al menos siete vacas lecheras, o sea que, en esta parte al menos, no debe escasear la mantequilla. Cabalgamos colina arriba por un sendero empinado que nos condujo a la carretera, sin lugar a dudas la misma montaña por la que subieron Silva y sus soldados portugueses. Cerca de la parte alta, a 450 pies sobre el nivel del mar, hay un grupo de cuevas pertenecientes a los antiguos canarios, toscamente excavadas en la roca, con entradas que son agujeros cuadrados. Más arriba todavía hay una cueva grande, antigua vivienda de un guanarteme, quizás la misma a la que los generosos isleños llevaron a Silva y sus hombres para alimentarlos. Sin embargo, nuestro arriero olvidó mencionarla, así que no la vimos, pero creo que se encuentra cerca de la nueva carretera. Eran las 3:45 cuando alcanzamos la carretera, a 700 pies sobre el nivel del mar. El Pico de Gáldar –un magnífico cono rojo- apareció repentinamente, elevándose en medio de una llanura”.

En el primer piso destaca una cueva espaciosa de planta casi circular y techo abovedado. A su diestra hay una cueva-alcoba y a su izquierda una especie de alacena de forma cuadrangular. Las paredes tienen agujeros para colgar los utensilios domésticos.

Detalle de las oquedades


En el segundo piso hay varias cuevas, donde se hallaron fragmentos de morteros y piedras de molinos, así como piedras planas y redondeadas empleadas como herramientas del hogar.

En el quinto piso, las cuevas son de dimensiones más reducidas, y se distinguen del resto de oquedades por ser más alargadas y tener un techo más bajo, a manera de sarcófagos o criptas. Así mismo, cuentan con una menor iluminación, sus dependencias están más alejadas de las demás y no están comúnmente comunicadas entre sí. 

Gracias a las excavaciones y obras de limpieza realizadas por el Plan Nacional de Excavaciones y el Ayuntamiento de Guía, se descubrieron 59 piezas arqueológicas, entre las que destacan hachas, pintaderas, puertas o piedras de molino. 

Molino de piedra


Se sabe que los canarios practicaban una agricultura de regadío, que garantizaba la obtención casi regular de buenas cosechas, lo que permitía la acumulación de excedentes de granos, que conservaban para las futuras cosechas o para años de escasas lluvias. 

De esta forma, este excedente alimenticio era almacenado en los silos o graneros colectivos, que se encontraban en lugares fácilmente defendibles y de gran interés. Amén del Cenobio de Valerón, también existen otros graneros como el de Temisas, El Draguillo, Acusa, Isleta, Las Moriscas, La Montañeta de Mota, La Cueva del Moro de Agaete, etc. 


 
A lo largo de la Historia, muchos cronistas e investigadores han dejado constancia de este yacimiento arqueológico, destacando los siguientes testimonios:

Francisco Morales Padrón dijo que “tenían silos en los riscos i se conservaba el grano muchos años sin dañarse, lo qual ahora no puede conseguirse sin que se pique de gorgojo”. 

En un pasaje de su Crónica, Sedeño menciona a las personas encargadas de custodiar los graneros: “de los frutos que cojían daban cierta parte de todos ellos, que parece ser la décima parte, a personas que tenían a guardarla sustentarse de ellas. Estos eran hombres que viuían en comunidad como religiosos. Tenían también doncellas que guardaban castidad, viuían en cuevas y casa de tierra. Los años de poco fructo no tomaban diesmos para guardar, antes para repartir en los pobres, i ellos comían de lo guardado de los años antes, i siempre socorrían con limosnas aunque esto tocaba más a el señor de la tierra”. 

Vista del Cenobio desde la carretera


El historiador canario, Pedro Agustín del Castillo, vinculó el silo con un convento o cenobio, a pesar de conocer la costumbre de los canarios de almacener el grano en cuevas. Así, comenta que “la misma sebada, de la que era en los antiguos canarios gran cosecha, que conservaban en las cuevas y cántaros de barro, en que se halla hasta este tiempo, tan entera y con su casullo, que sólo por estar el color un poco más oscuro pudo aver persuadido a un Canónigo de esta Santa Yglesia, a quien la mostré, ser de aquella antigüedad”.

En definitiva, se trata de un monumento arqueológico de gran interés histórico que nos permite conocer mejor los modos de vida de los antiguos canarios.

jueves, 12 de diciembre de 2013

¿Centros de Interpretación?



En el artículo de Jorge Morales Miranda, especialista en interpretación del patrimonio natural y cultural, se analiza la situación de los Centros de Interpretación en España.

La moda por la construcción de dichos centros ha conllevado la desvirtuación de los mismos y la mala definición de la disciplina encargada de la Interpretación del Patrimonio.

El objetivo de la Interpretación del Patrimonio es desvelar el significado del lugar visitado, mediante un lenguaje comprensible a todo tipo de público, trasformando ese lenguaje técnico en otro más accesible, pero sin desvirtuar en ningún momento el contenido del mensaje.

El portavoz de dicho mensaje es el guía, que se alza como la mejor herramienta para el usuario, debido a su capacidad de adaptación al público y su constante renovación y versatilidad, por encima de otros medios de comunicación como el audiovisual.

Centro de Interpretación Roque Bentayga (Gran Canaria)


No obstante, en ocasiones se hace necesaria la construcción de este tipo de centros debido a la gran demanda de público que se genera. El riesgo reside en perder el verdadero sentido de la disciplina debido a los sobredimensionados equipamientos y el mensaje adulterado. A ello se une que el concepto “Centro de Interpretación” no dice nada al visitante, de ahí que se prefiera denominarlos centros de visitantes, de acogida o de información.

Quizás el mayor problema es que la mayoría de los “Centros de Interpretación” no son interpretativos en su naturaleza, sino más bien informativos. En muchas ocasiones proporcionan una información incomprensible, aburrida y complicada, que dificulta su captación por parte del público y merma el interés para que la interpretación continúe fuera del centro.

Panel informativo

Otra cuestión es que la mayoría de los centros se dedican a atender a grupos de escolares, cuando ya existen otros equipamientos específicamente diseñados y adaptados al nivel educativo de los mismos. Por tanto, aunque es indiscutible su aporte económico, está claro que no es el mejor público para visitar los “Centros de Interpretación”.

lunes, 9 de diciembre de 2013

Ruta por las iglesias más antiguas de Las Palmas de Gran Canaria



Ermita de San Telmo

La Ermita de San Telmo, ubicada en el Parque de San Telmo, fue construida en el siglo XVI dentro de la muralla de Triana. 

Fachada de la Ermita de San Telmo


La ermita fue destruida en 1599, con la invasión pirática de Pieter Van Der Does. Poco después de su destrucción, concretamente en 1694, la “Confraternidad de Mareantes de San Pedro González Telmo” decide edificar de nuevo el templo, para lo que traen a personal de la península.

La iglesia, de planta rectangular, es de una sola nave, con diferenciación del presbítero, al que se accede a través de un arco triunfal de medio punto. La ermita es un ejemplo de arquitectura mudéjar con portada gótico-renacentista.

Interior de la ermita

En el interior de la misma destaca el artesonado mudéjar y la Inmaculada del Convento de las Bernardas, así como el Señor de la Burrita y el Niño del Remedio. Asimismo, son dignos de mención los retablos de San Telmo y de la Virgen de las Angustias. 


  • San Telmo: el santo viste túnica, escapulario de tela blanca y manto de terciopelo. En la mano izquierda lleva un bergantín de plata y en la derecha una candela.
  • Virgen de las Angustias: la virgen tiene una cara delicada y muy expresiva y se encuentra ataviada con una toca blanca. La devoción a la virgen fue indulgenciada por el Obispo de Canarias y por la Confraternidad de los mareantes.

En el altar mayor encontramos dos esculturas, propiedad del convento de San Bernardo, y que representan a San Bernardo y a San Benito.

Ermita de San Antonio Abad

La Ermita de San Antonio Abad, ubicada en la plaza homónima, fue la primera sede diocesana de la capital. También es conocida como la Ermita de Colón, ya que se cree que en ella oró Colón antes de partir a América.

Placa en la fachada


Aunque la ermita fue construida en el siglo XVI, las numerosas remodelaciones que ha sufrido le han llevado a presentar el aspecto actual, fruto de la última reforma emprendida en el siglo XVIII.


La ermita, de belleza sobria y discreta, es de planta rectangular y con cubierta de tejas a dos aguas. La fachada se halla adornada por una puerta adintelada rectangular y una espadaña barroca. En el interior descubrimos un retablo barroco y dos altares en las zonas laterales.

Vista de la ermita


La edificación se encuentra situada junto a una de las salas de exposición del Centro Atlántico de Arte Moderno (CAAM) y a la Casa Museo de Colón. 

Ermita del Espíritu Santo

La Ermita del Espíritu Santo, ubicada en la calles del Espíritu Santo y El Doctor Chil, es una edificación datada en el siglo XVII. 

Vista de la ermita


Constituye uno de los enclaves más emblemáticos del casco histórico de Vegueta, ya que se encuentra en una zona de bellas casas burguesas y aristocráticas.

Se encuentra arropada por la plaza homónima del siglo XVI, cuya estructura triangular es rematada por una majestuosa fuente, obra de Manuel Ponce de León.

Fuente de Manuel Ponce de León
A continuación, adjunto la ruta para que todo aquel interesado pueda visitar estos lugares tan emblemáticos.




Los Centros de Interpretación, un fenómeno de cambio de milenio



En el artículo publicado por Carolina Martín Piñol, profesora de la Universidad de Barcelona, nos acercaremos a la realidad de los Centros de Interpretación en España.

Carolina Martin Piñol

La necesidad de generar un nuevo modelo museístico, más moderno y adaptado al lenguaje común, ha llevado a la creación de los “paramuseos”, un híbrido entre el museo convencional y los centros de visitantes.

Este concepto se difunde a partir de la década de los 60, ya que su indefinición provocó que múltiples empresas relacionadas con los museos se aprovecharan de la situación. Entre las causas de su expansión se encuentran las siguientes:


  • Falta de planificación y regulación estricta con una normativa.
  • Escasez de equipos de investigación, restauración, conservación, etc.


En España proliferan este tipo de museos, puesto que cualquier edificio es válido para acoger la exposición, no se requieren medidas de seguridad (los centros de interpretación sólo acogen réplicas y nunca originales) y la investigación no es demasiado rigurosa ni profesional.

El fracaso de los Centros de Interpretación en España se debe, fundamentalmente, a que su nacimiento esta propiciado por motivaciones políticas y no culturales, lo que explica su rápido deterioro tras su apertura.

La proliferación de centros se explica por los incentivos económicos que ofrecen, mediante el dinamismo del turismo y el atractivo de un nuevo activo económico. Sin ningún tipo de planificación se procede a la construcción del edificio que alojará el centro, sin tener en cuenta la gestión y dirección del mismo.

Ello provoca que al poco tiempo de su apertura, la financiación del centro sea nula, al igual que sus visitas, que quedan reducidas a las gratuitas que disfrutan los centros educativos, con lo que el beneficio económico es inexistente.


A ello se une el problema del entorno que rodea al centro. No existen mecanismos que ofrezcan ningún tipo de aliciente o incentivo cultural, debido a la ausencia de servicios que generen una atracción en el público (hoteles, restaurantes, etc.).