viernes, 6 de diciembre de 2013

Arquitectura modernista en Triana



El barrio de Triana es el nombre por el que se conoce al sector histórico que surge en la banda septentrional del barranco de Guiniguada, situado en Las Palmas de Gran Canaria. El topónimo de Triana se asemeja al del barrio homónimo de Sevilla, de ahí que las gentes procedentes de la baja Andalucía usaran el nombre de aquel barrio andaluz para denominar al naciente sector norteño de la Ciudad Real de las Palmas.

Calle Mayor de Triana

  Mientras que el barrio de Vegueta albergaba en su interior los edificios civiles y religiosos más relevantes de la villa, el barrio de Triana era mucho más modesto en sus edificaciones ya que, a comienzos del siglo XVI, sólo contaba con la iglesia de San Francisco de Asís como elemento relevante.



No obstante, a diferencia de Vegueta, que había nacido de un trazado espontáneo fruto del desorden de los conquistadores, Triana tuvo una disposición más regular y simétrica. La primera referencia documental que tenemos de la zona se remonta a 1514, donde se comenta que sus edificaciones eran modestas y sencillas. Normalmente eran casas terreras o de dos plantas que no tenían mayor significación arquitectural.


Poco a poco, la estampa urbana de Triana se fue enriqueciendo gracias a la arquitectura colonial, famosa por sus balcones de esparcimiento, sus sobrias fachadas y sus portadas de cantería. 


De este modo, observamos como el mayor esplendor de Triana, en cuanto a la renovación en la edificación, se produce en los primeros años del siglo XX. En dicha época tiene lugar el nacimiento de un tipo de arquitectura artística y delicada: el Modernismo.

Edificio modernista
 

Éste se desarrollará en Canarias de forma algo tardía si lo comparamos con el continente, y además presentará una serie de características propias que le darán un carácter sensiblemente diferenciado. El Modernismo se sitúa en la línea de la corriente de la Nueva Arquitectura, a caballo entre 1893 y 1914, dos de las posibles fechas que se barajan como inicio de este tipo de arquitectura.


Con el nombre de Modernismo designamos al fenómeno artístico que surgió como una reacción esteticista contra la civilización industrial, y que se basó en las ideas del simbolismo y la morfología de la naturaleza. El Modernismo se configuraba así como una licencia o respiro que se concedía la burguesía, un movimiento en el que la sociedad de la “Belle Époque” se recreaba. El Modernismo se alzó como un estilo artístico que por primera vez no respondía a las necesidades de una sociedad clerical y nobiliaria.


El Modernismo de Las Palmas se asocia al ensanche del barrio de Triana y a la remodelación que sufrió a comienzos del siglo XX. La nueva arquitectura proporciona al barrio un signo de distinción social debido a las formas bellas y delicadas de sus hermosas casas. Las edificaciones se construyen de acuerdo con los planos confeccionados por Fernando Navarro y Laureano Arroyo, sendos arquitectos municipales de la ciudad.


Estas remodelaciones son posibles debido al auge económico que experimenta la ciudad, gracias a los beneficios generados por el puerto franco de La Luz, mediante el dinamismo mercantil impulsado por los extranjeros (especialmente ingleses) y el extraordinario comercio de exportación de la época (plátanos, papas y tomates).

 
Puerto de La Luz a principios del siglo XX


Los edificios modernistas de Triana se conciben como seres vivos opuestos a la rigidez abstracta y fría de la arquitectura clásica. Su fuente primaria de inspiración será la naturaleza, tanto vegetal como animal, para lo que tratará de imitar todos los procesos y formas de la misma. Por tanto, la aparición de pájaros y flores será recurrente, siendo preferentemente las flores de tallo largo y flexible las más empleadas, ya que era más fácil captar su belleza de perfil.

Hoy en día podemos observar un magnífico conjunto de casas modernistas que se encuentran repartidas por la Calle Mayor de Triana y otras calles secundarias. Los edificios de la zona constan de un piso bajo, generalmente empleado como zona comercial, y de dos pisos más que se le superponen y que se encuentran ricamente decorados.
Edificio modernista con planta baja empleada como zona comercial.



La disposición ortogonal de los vanos se corresponde con una disposición plana de los muros, en el que los volúmenes acusados se reducen a balcones o miradores. Existe una gran variedad en la manera de disponer los balcones.
Ejemplo de balcón oval

 
Ejemplo de balcón recto y balcón en esquina
Ejemplo de balcón con terminación redondeada

Ejemplo de balcón con tallado de filigrana en piedra
 
Ejemplo de balcón frontal combinado con formas ovaladas

Ejemplo de balcón cerrado

En el tratamiento de los vanos se observa una gran carga de originalidad modernista, especialmente en los vanos tripartitos y los arcos de herradura. En todos los casos, la rígida cuadratura del arco de herradura se rompe y se le intenta aportar una mayor delicadeza y sensibilidad, ya sea mediante su rebaja o su prolongación hasta el nivel del piso dulcificando la curvatura del cierre.
Arco de herradura


El vano tripartito, intercalando dos apoyos que originan un vano central ancho y dos laterales más estrechos que lo acompañan y donde se buscar la esbeltez de su mayor estrechez.
Vano tripartito con decoración de tipo mocárabe en la planta superior


Quizás sea en los elementos decorativos donde queden más patentes las características del Modernismo. Es frecuente la reiteración de grandes flores, de cinco o seis pétalos, situadas en el centro de los tímpanos o sobre las claves de los vanos.
Tipo de flor situada en el vano de la clave

 
Detalle de una gran flor de cinco pétalos con ramificaciones a ambos lados

Puesto que la decoración floral es la forma preferida, es común verla en la clave de todas las fachadas, desde donde se abre en horizontal y cae a los lados del vano. En ocasiones se crea una imagen arborescente de la fachada, dada la precisión y estilización de las representaciones florales.
Ejemplo de formas florales


También se plasma en la parte baja de los laterales de los vanos, acentuando el relieve a medida que desciende, para curvarse de nuevo hacia arriba.


Otro componente a destacar son las ménsulas, es decir, los elementos que sobresalen de un plano vertical y que sirven para sostener los balcones. Poseen una gran variedad de formas, tanto vegetales como marinas, donde prima más el valor decorativo que tectónico. 
Ejemplo de ménsulas


Los colores que imperan son los suaves, al menos originariamente, ya que en la actualidad han ido derivando en tonalidades más chillonas, quizás con el propósito de destacar resaltes, molduras o motivos naturales. Por otra parte, no es frecuente el uso de azulejos multicolores, puesto que priman las tonalidades pastel. 

También pueden disfrutar de este contenido mediante la captura de imagen del código QR que he pegado en las calles de Triana. Para aquellos que no lo sepan, un Código QR es un módulo útil para almacenar información en una matriz de puntos o un código de barras bidimensional. Se caracteriza por los tres cuadrados que se encuentran en las esquinas y que permiten detectar la posición del código al lector. Para todo aquel que quiera obtener más información sobre esta aplicación, puede verla pinchando aquí. 

 

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